Llegamos a Medellín. A pesar de que esta fanzinoteca tiene claras conexiones con Latinoamérica (personales y de contenidos) es la primera vez que la hacemos cruzar el charco. Nos invitaron a participar en un montón de cosas que suceden estos días por aquí y no lo dudamos ni un minuto. Metimos un centenar y medio de fanzines de nuestro fondo en una maleta y los subimos un avión. Y yo tuve el honor les acompañarles.

Cuando pensamos en qué fanzines íbamos a poner en la maleta, intentamos pensar en qué sería lo más interesante para compartir con las gentes de Medellín, lugar en el que sabemos que hay una interesantísima actividad fanzinera. Des esta forma, intentando adivinar el deseo, hicimos una selección desde dos grandes temas a partir de los que hicimos dos paquetes de fanzines: (1) fanzines de Barcelona, pensamos que uno de las oportunidades que nos da nuestro archivo es generar otras miradas hacia nuestra ciudad, hacia la cultura de nuestra ciudad, y (2) fanzines de cómic/ilustración, dado que uno de los eventos en los que vamos a participar es el Festival ENTREVIÑETAS, sobran obvias explicaciones. Al final salieron tres paquetes, en vez de dos, ya que, por supuesto, hay un grupo de fanzines que pertenecían ambos: los fanzines de cómic/ilustración que a la vez tienen una fuerte relación con Barcelona.

Justo antes de subir al avión decidí meter en mi bolsa de mano algunos de los fanzines que me apetecía leer durante el largo viaje. Elegí rápidamente, y sin pensarlo mucho, algo más de una decena de ejemplares del paquete de «fanzines de Barcelona». Algunos los había leído hace mucho y otros aún no había tenido tiempo de meterme en ellos a fondo. A pesar que la selección fue apresurada, y por tanto no constituye una selección estudiada que pueda argumentar objetivamente, si que intenté meter en la bolsa algunos de los fanzines que me parecen claramente significativos de la escena fanzinera barcelonesa.

Que gran decisión volar con fanzines. Eso transformó el tedioso vuelo trasatlántico en una oportunidad, por desgracia nada frecuente, de dedicarle tiempo a viejos fanzines, de perderme en las intensas, absurdas, inteligentes, destornillantes, comprometidas, personales, contradictorias, sinceras y deliciosas páginas de cada una de estas estupendas publicaciones. Una maravillosa oportunidad para recordar(me) porqué hago esto.

Una lectura fragmentada e irregular, pero deliciosamente rizomática y verdadera. Empecé por uno de los ejemplares que no había leído aun, Acabáramos (numero 0) (2009). Un fanzine hecho con toda la intención y consciencia fanzinera pero extrañamente producido con demasiados recursos. Me encantó. Además si quería encontrar otra miradas hacia Barcelona, aquí hay una interesante. Buena parte del fanzines trata sobre el modelo turístico de Barcelona. Especialmente me saltaron las lágrimas de risa leyendo el artículo de Katsuhiro Méndez en el que propones 10 formas de «descongestionar» de turistas. Recomendable también, en el mismo fanzine, un divertido relato sobre la experiencia laboral de un empleado de France Telecom donde los méritos se acumulan a base de intentos de suicidio.

También sobre el mundo laboral (hay algo más de actualidad hoy en día en Barcelona?) versa un destornillante artículo de Kiko Amat en el último número (#6) de La Escuela Moderna (2011): El peor curro de mi vida. Un repaso-ranking de los peores empleos al que el autor tuvo que someterse antes de emerger como una de las promesas literarias de la Barcelona más gamberra. O cool. No sé. No hay duda que si hay consenso sobre un fanzine en Barcelona este quizás es el que han editado a lo largo de ocho años los hermanos Amat. En palabras del mismo Kiko en este número de cierre «Uno de los mejores fanzines del país. Si no el mejor». No tiene abuela el chico (que no se lo digan, pero yo pienso lo mismo)

Las reflexiones meta-fanzineras son una constante en este tipo de publicaciones. Quizás los casos más claros los encontré, en esta ocasión, en el Cateados 21# (2004) y Monja Jamón -4 (2003). Ambos fanzines con todas las de la ley, vamos, revistas hechas des del corazón, caóticas, personalísimas, comprometidísimas y bajo el mandato de «más claro: el agua». En el caso de Cateados esta tautología del fanzine te pega en la cara solo abrirlo. Dos titulares: «Fotocopia eterna» y «Condición fanzinera». Y justo después, por Breixo, una más que documentada (y no por ello menos verdad) breve historia del fanzine. El caso de Monja Jamón, entre la multitud de artículos y reseñas que transitan los más diversos mundos de la Cultura Visual, encontramos un interesantísimo relato sobre el fin de Fondo Perdido, un intento de asociación del fanzinierío barcelonés que como es habitual en estos intento de «tenemos que hacer algo» no fructificó. Vamos una pequeña historia de la micropolítica del fanzine de la ciudad.

Una de las alegrías que me dí esta extraña sesión de lectura por encima e las nubes fue descubrir entre los agradecimientos del Smile 9 (2008) una mención a La Fanzinoteca. Porqué Smile es otro del los fanzines barceloneses con reputación. Realmente Smile mola mucho, con contenidos muy cuidados y con conocimiento de causa.

En los mismos agradecimientos me sorprendió encontrar también a algunos de los fanzines que había puesto en la bolsa (quizás la elección no fue tan a tun-tun): el ya mencionado La Escuela Moderna y uno que es uno de mis faboritos Club de Fans del Principe Carlos de que releí el número 0 (2008) que a raíz de esta coincidencia me di cuenta que comparten algunos de los colaboradores.

En El Club de Fans del Principe Carlos hay de todo, sobretodo mucho humor. Hablan de intervenciones en el espacio público (interesante colección de frases en muros), cómic (muy recomendable el artículo Jack Chick el autor de cómic cristiano-fanático) y múltiples colaboraciones sin ton ni son entre las que destaco uno de mis debilidades fanzineras: Verduras Negras, en este caso con «La auténtica mano grua».

Pero superando en maraña de contenidos a este último està otro de los descojonantes fanzines de nuestro fondo: AUORGH! Boletin oficioso del P.U.S (2003-2004). P.U.S. es Partido de Unificación Surrealista, toma ya! Puedes pasarte horas leyendo esta publicación y siempre encuentras algo nuevo. Que barroquismo de contenidos! pero te mueres de la risa y obviamente te haces incondicional seguidor de Balbino Parox.

En el mismo plan de avalancha de información (ahora te hablo de la Ley de partidos, ahora del MoMa en Berlín, ahora te meto un chiste y después te hablo de Neil Young) versa el número 0 de Follón (2005). Uno de esos fanzines musicales con interesantes entrevistas (a gente como Richard Hell, Anddy Abbott o Jon Wurster) y «las típicas reseñas». Una publicación muy personal, rebelde y con un curioso (aunque no poco habitual) fake en la maquetación de papeles cortados y pegados mal intencionadamente, como cuando no había ordenadores ni programas de maquetación. Una entrañable actitud de añoranza punk que también destila en los contenidos, y se hace explicito en el título, del siguiente ejemplar que me zampé en mientras sobrevolaba algún lugar en medio de océano: Mi hermana es una punk #0 (2003). Un fanzine extremadamente espontáneo y radical lleno de poemas visuales, breves opiniones y mini reseñas.

Por último, abrí el último ejemplar que me quedaba en la bolsa Nenazas (2013) un fanzine que «va de nenazas, que no sólo para nenazas». Un fanzine delicioso, lleno de poesía, relatos dibujos muy bonitos. También lleva publicado un un fantástico artículo, sobre amor y feminismo, extraído del fanzine Evol (de Marta Vargas) con Simone de Beauvoir y Jean-Paul Sartre de protagonistas.

Cierro la ultima pagina de este último fanzine en papel rosa, con la sonrisa marcada en mi rostro que me ha dejado la última historieta de Nenazas. Miro hacia la pantalla de la cabina del avión donde proyectan ahora esa sucesión exasperante de mapas con la trayectoria del vuelo. Ya queda menos, sobrevolamos Venezuela. Por la ventanilla veo tierra y me siento feliz de llevar en la bodega centenares de otros ejemplares que permiten infinitas derivas como la que acabo de experimentar mientras el avión marcaba una trayectoria infalible hacia Colombia.

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